Perú: el pueblo demanda democracia y el gobierno responde con balas

Perú: el pueblo demanda democracia y el gobierno responde con balas
1 febrero, 2023 por Leandro Albani

Miles de hombres y mujeres continúan en las calles defendiendo sus derechos. El gobierno impuesto tras la destitución de Pedro Castillo tiene una política unidireccional: la represión masiva a las protestas.

Por Leandro Albani para La tinta

Perú es un baño de sangre. Y esta afirmación no tiene nada de exagerada. Desde el momento en que el presidente en funciones, Pedro Castillo, fue eyectado del Ejecutivo, su reemplazante, Dina Boluarte, ordenó una represión masiva contra los y las peruanas que salieron a la calle para demandar respeto a la democracia y, sobre todo, que se convoque urgente a una asamblea constituyente.

Desde el 7 de diciembre pasado, cuando la ahora mandataria tomó las riendas del país sin que nadie la haya votado, casi 50 personas murieron, en su mayoría, por el accionar de las fuerzas militares y de seguridad. En apenas dos meses, la nueva administración peruana dejó en claro que su principal política serían las balas contra quienes se movilicen en su contra. Una muestra la brindó días atrás el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), que la administración de Boluarte es la segunda con mayor número de víctimas humanas desde el 2000 hasta ahora en América Latina. Solo es superada por la gestión del ex presidente colombiano, Iván Duque, quien acumuló 83 muertos entre 2018 y 2022.

Aunque el panorama es aterrador para los y las civiles, las marchas multitudinarias en todo el país, incluida su capital Lima, no dejan de sucederse. Los reclamos principales son la renuncia de Boluarte y su administración, la liberación de Pedro Castillo –encarcelado en el penal de Barbadillo y con una condena de 18 meses de prisión preventiva- y que se convoque a nuevos comicios.

Antolín Huáscar, presidente de la Confederación Nacional Agraria (CNA) del Perú, explicó a La tinta que, en su país, se comete “una traición al pueblo” que había elegido a Castillo como presidente. La juramentación de Boluarte al mando del Ejecutivo hasta 2026 fue, según Huáscar, “lo que enardeció a la gente”. “El movimiento campesino-originario se levantó y ella no pensó lo que iba a suceder. Desde el 7 de diciembre, la movilización es permanente”, aseguró el dirigente. Como ejemplo, Huáscar señaló que los y las campesinas de muchas regiones del país nunca habían olido el gas lacrimógeno. Pero ahora “están siendo vulnerados sus derechos y no tienen garantías”, dijo.

“En las regiones que ha habido matanzas, declararon toque de queda, entonces, a la noche te disparan. Pero la población está en las carreteras. En las regiones sigue la lucha, seguimos pidiendo que Boluarte renuncie”, manifestó Huáscar.

Según el medio Wayka, en apenas diez días de protestas, la policía utilizó alrededor de nueve toneladas de gases lacrimógenos. Frente a esto, la fuerza le solicitó a la Policía Nacional de Ecuador que le devuelva 12.000 granadas lacrimógenas que le había prestado en 2020. “Estuvimos en la puerta de la embajada de España, porque ellos venden las bombas lacrimógenas y perdigones –indicó Huáscar-. En la agenda del gobierno está la idea de comprar 100.000 bombas lacrimógenas. Para estos explosivos para matarnos sí hay plata”.

Crisis de régimen

El 25 de enero pasado, en la sede de la Fundación Rosa Luxemburgo en Buenos Aires, se llevó a cabo la charla ¿Qué está pasando en Perú? Crisis, golpismo y desborde popular. En el encuentro, participó Anahí Durand, socióloga peruana, ex ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en la primera etapa del gobierno de Castillo, e integrante de Mujeres por una Nueva Constitución. Durand advirtió sobre “el silencio de la comunidad internacional”, que permite “que este régimen cívico-militar pueda actuar con tanta impunidad”.


Cuando Castillo fue apartado del gobierno, las voces oficiales en América Latina fueron discordantes y las condenas, a lo que muchos califican como un golpe de Estado contra el maestro rural que llegó al Ejecutivo el 28 de julio de 2021, no tuvieron la potencia esperada.


Para Durand, lo que ocurre en estos días en su país es una “crisis de régimen, que es orgánica”. La ex ministra explicó que, en la historia peruana, “ciertos regímenes se han ido imponiendo como organización de la política, la economía y la sociedad”. Un punto clave, según Durand, es la resolución “de manera autoritaria”, a finales de la década de 1980, de una crisis múltiple con hiperinflación y el conflicto armado latente con Sendero Luminoso. Para eso, la persona encargada de hacerlo fue el ex presidente Alberto Fujimori, que no solo dio un autogolpe y cometió crímenes de Estado, sino que, en 1993, impone una nueva Constitución.

A partir de ese momento en el país, se despliega “una nueva forma de organizar a la sociedad peruana, con el neoliberalismo en lo económico y lo político, con esa nueva ‘gobernabilidad’, aparentemente tecnocrática y despolitizada, con una sociedad muy despolitizada, muy fragmentada, muy individualista”, detalló Durand.

En el año 2000, el fujimorismo se empieza a desmoronar “con sus propios escándalos de corrupción”, recordó Durand, y se presenta “un momento de deterioro de la dictadura, pero no del régimen”. “En 2001, éramos muy poquitos los que pedíamos una nueva Constitución, porque sabíamos que se venía un cambio de figuritas y eso fue lo que pasó: se fue Fujimori, se fue (Vladimiro) Montesinos, las élites se deshicieron de la parte más incómoda de lo que había sido su propio régimen y se quedó (Alejandro) Toledo y los gobiernos que vinieron no cambiaron prácticamente nada”, señaló la socióloga.

Hasta la llegada de Pedro Castillo al gobierno, en Perú, las crisis se suceden al punto que, en los últimos seis años, hubo seis presidentes en el país, de los cuales solo dos llegaron por el voto popular. Con las elecciones del maestro rural como mandatario, los sectores más humildes eligieron a uno de los suyos, apuntó Durand.

“El régimen, que se está descomponiendo, tuvo un giro fuerte con la elección de Castillo –detalló la ex funcionaria-. Desde el primer día, las élites se proponen destituirlo. El gobierno no puede culminar y menos exitosamente. En los siete meses que fui ministra, hubo un boicot permanente desde el Parlamento para no hacer pasar ninguna ley y para que toda medida pase por el Congreso. Eso también es una perversión de la democracia, que termina siendo una camisa de fuerza. Esta decisión deliberada de boicot permanente tiene a una coalición de poderes que termina de dirimir esta crisis de régimen de forma autoritaria otra vez: forzando la salida de Castillo, metiendo a las fuerzas militares y policiales, asesinando y disparando a la gente, con seis menores de edad asesinados. Si esto hubiera pasado en otro país, no sé si la comunidad internacional estaría tan silenciosa”.

Un pueblo enardecido

Antolín Huáscar sintetizó lo que ocurre en su país: “Todo el Perú está movilizado”. “El movimiento campesino, originario e indígena está fortaleciéndose, al igual que los sindicatos, como el de profesores, de las amas de casa, los sindicatos de los mercados. Todos se están apoyando, hasta en la cuestión económica. No es como dice la presidenta encargada o el primer ministro, que reciben dinero del narcotráfico o ilegal, eso es totalmente falso”, aclaró el dirigente de la CNA.

El líder campesino insistió en que lo más urgente es definir una nueva Constitución que permita un “pacto social” a favor de los que menos tienen. “Los capítulos económico, agrario, de educación y salud deben cambiarse, por eso pedimos una asamblea constituyente. Pero la derecha y los grandes empresarios no lo aceptan. En el Perú, son pocos los empresarios, pero son dueños del Ejecutivo y del Congreso, por eso no aceptan una nueva Constitución. Hablar de una nueva Constitución no es ser terrorista. Perú necesita un nuevo pacto social, cultural y económico para vivir felices, porque nosotros tenemos recursos. Lamentablemente, hay una gran corrupción y solo un pequeño grupos de empresarios sacan la plata y se la llevan a Estados Unidos”, denunció Huáscar.

“La culpa de Pedro Castillo fue decir la verdad sobre renegociar o nacionalizar el gas y el petróleo para poder darle al pueblo un servicio eficaz, crear grandes industrias, formar una gran empresa estatal. Eso no le gustó a la derecha, por eso buscaron vacarlo y hasta golpearlo”, expresó. Huáscar agregó que “nuestro paro es indefinido y político, no es reivindicativo, y eso no lo están entendiendo. Nos dicen que somos terroristas, vándalos, delincuentes, ese mensaje de Boluarte es lo que enardece al pueblo para que esté en las calles con todo el ánimo”.

Para Durand, en estos últimos meses en Perú, existe “una disputa abierta por cerrar la crisis de régimen de una manera autoritaria, dándole un nuevo aire al modelo. Ellos estaban seguros de que iba a ser eso. Cuando Dina asume y se produce el estallido que estamos viendo, su pregunta fue: ¿de dónde salió toda esta gente? ¿Por qué protestan? La misma Dina Boluarte dice eso: ¿de dónde salió toda esa gente? No se explican que ‘esta gente’, como dicen ellos, que votó por Castillo, que apostó democráticamente, que fue a votar para que cambie este país, está en las calles porque siente que ha sido burlada. Los ningunean, los excluyen, le sacan al presidente que pusieron, le meten al Ejército en las calles”.

La ex ministra también analizó que “lo positivo, dentro de este estallido y de lo terrible que ha sido, es que en la disputa también está la posibilidad de una salida más democratizadora, que pasa por el tema de una constituyente. Porque una de las promesas de campaña de Pedro Castillo, y también de otros grupos de izquierda, fue una nueva Constitución, porque ya venimos arrastrando este documento que se impuso en 1993 y no tuvo participación popular. Fue una cosa amañada por el fujimorismo. Y el Congreso, ¿qué hizo cuando Pedro Castillo propuso, en mayo, un proyecto de ley para que haya un referéndum y se consulte? Lo archivó. Y no contento con eso, quitó el derecho a referéndum, porque la gente también podía juntar firmas y convocar a un referéndum. No sé en qué otro país la gente no tiene derecho al referéndum”.

*Por Leandro Albani para La tinta / Foto de portada: Hugo Curotto – AP.

Palabras claves: Pedro Castillo, Perú, protestas

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Siria naufraga en medio de las sanciones occidentales

Siria naufraga en medio de las sanciones occidentales
9 abril, 2025 por Redacción La tinta

Más de 100 días después de la caída de Bashar al-Asad en Siria, el país lucha por recuperarse tras 14 años de guerra. El proceso de transición política sigue estancado y la economía continúa desplomándose bajo las sanciones extranjeras, donde los primeros en sufrir son los y las ciudadanas comunes.

Por Santiago Montag, desde Siria, para La tinta

Siria parece no poder levantarse desde el derrocamiento de al-Asad. El panorama es desolador: en Damasco, sus residentes solo tienen unas pocas horas de electricidad al día y otras zonas enfrentan condiciones aún peores; el precio del pan se ha multiplicado por ocho desde diciembre, condenando a la población al hambre; la gente hace cola durante horas para retirar los pocos billetes disponibles en los cajeros automáticos antes de que se agote el efectivo.

Los precios de la moneda y el combustible danzan al ritmo de la inestabilidad. El flujo de importaciones aumenta, pero la escasez de dinero físico y la falta de opciones de pago digitales significan que pocos sirios pueden permitirse comprar nuevos bienes, ya que el 69% de la población (14 millones de personas) vive por debajo del umbral de la pobreza. Las esperanzas iniciales, luego de la caída de al-Asad, se han visto frustradas por la falta de empleo y la destrucción generalizada del país.

En gran medida, estas dificultades económicas reflejan la destrucción causada por décadas de dictadura, guerra civil y meses de inestabilidad posterior al régimen. Sin embargo, las sanciones occidentales, impuestas por Estados Unidos y Europa, inicialmente destinadas a castigar a Asad por los crímenes contra la población siria, también tienen una responsabilidad importante. Estas sanciones han convertido a Siria en un Estado paria para las instituciones financieras, las empresas y la mayoría de los gobiernos que hayan considerado invertir en el país. Como resultado, Siria no puede importar fácilmente moneda física, tiene acceso limitado al sistema bancario global y lucha por generar ingresos por exportaciones, y, mucho menos, por asegurar la inversión necesaria para la reconstrucción urgente del país. Escuelas, hospitales, viviendas y otras infraestructuras siguen en ruinas.

Al mismo tiempo, muchos sirios han regresado a sus antiguos hogares en barrios bombardeados porque no pueden pagar el alquiler en las ciudades. Como resultado, viven en zonas sin servicios básicos como electricidad o agua potable. Otros permanecen en campos de refugiados debido a la guerra y al terremoto de 2023 en la placa de Anatolia. Otros han sido desplazados recientemente en el norte del país tras los enfrentamientos entre las fuerzas encabezadas por los kurdos y las milicias respaldadas por Turquía.

Para abordar estos problemas, las organizaciones humanitarias, que han asumido la responsabilidad de proporcionar desde servicios básicos hasta apoyo psicológico y rehabilitación de infraestructuras, corren el riesgo de perder financiación. Organizaciones vinculadas a la ONU, así como grupos como la Media Luna Roja Árabe Siria y Oxfam, están recibiendo menos recursos, lo que pone en peligro la supervivencia de miles de pobladores. Los donantes europeos, en una conferencia liderada por la Unión Europea (UE) este año, prometieron 5,8 billones de euros, mientras que, en 2024, sus promesas alcanzaron los 7,5 billones de euros, un recorte drástico.

El argumento para mantener las sanciones es obligar al presidente interino, Ahmad al-Sharaa, a adoptar una vía más liberal, alineada con Occidente. Hasta ahora, la UE ha suspendido algunas sanciones, pero esto no constituye una solución estructural. Países como Qatar se han comprometido a invertir en Siria solo si se levantan las sanciones. A menos que las sanciones se eliminen pronto, conducirán a una catástrofe económica que bloqueará cualquier perspectiva de construir un futuro para el país, libre de tensiones y violencia.

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En Damasco, miles de personas se enfrentan a la pobreza. Las calles están repletas de puestos que venden todo tipo de artículos, como ropa de segunda mano, zapatos, cigarrillos, semillas traídas de Turquía, juguetes y baratijas. El trabajo infantil es frecuente en estas tiendas. Imagen: Santiago Montag.
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En Al Hol, al noreste de Siria, al menos 50.000 personas siguen dependiendo de la escasa ayuda humanitaria internacional. El Grupo Blumont, financiado por USAID, ha renovado su financiación solo hasta septiembre de este año. Imagen: Santiago Montag.
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Campo de desplazados en el Estadio Municipal Al Tabqa, en Raqqa. Miles de kurdos huyeron de los ataques en Sahba y Manbij a principios de diciembre. Ahora, dependen de la ayuda humanitaria, principalmente, de la Media Luna Roja Kurda. Imagen: Santiago Montag.
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Dos hombres están sentados frente a un cajero automático fuera de servicio en Damasco. Los cajeros automáticos están vacíos en todo el país. Para retirar efectivo, la gente debe salir temprano por la mañana y hacer largas filas. Imagen: Santiago Montag.
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Un hombre vende pan retirado de una panadería del gobierno. Estas panaderías proporcionaban pan barato a miles de sirios, pero muchas han sido destruidas durante la guerra. Las sanciones dificultan su reparación o reconstrucción, lo que genera largas colas para conseguir el alimento. Imagen: Santiago Montag.
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Obreros de la construcción en el campo de refugiados de Yarmuk reconstruyen edificios destruidos durante la guerra. Los salarios de los trabajadores no superan los dos dólares al día. Imagen: Santiago Montag.
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Imagen: Santiago Montag.
Los suburbios de Jobar, Ghouta, Yarmuk, al-Hajar al-Aswad, Tadamon y otros fueron devastados por la guerra. Algunas de estas zonas son inhabitables, mientras que otras se están reconstruyendo lentamente. Imagen: Santiago Montag.
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Un niño juega entre las ruinas de la escuela Al-Quds. En la pizarra, se lee la última clase de inglés, fechada el 18 de octubre de 2012. El sistema educativo necesita nueva financiación para restaurar la educación y la infraestructura de calidad. Imagen: Santiago Montag.
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Muchos sirios están restableciendo sus negocios en zonas devastadas por la guerra, pero no consiguen financiación adecuada de los bancos. Estos negocios se sostienen gracias al esfuerzo y la resiliencia de sus propietarios en las peores condiciones. Imagen: Santiago Montag.
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Imagen: Santiago Montag.
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Cientos de sirios huyen de los altos alquileres del centro de Damasco hacia las afueras. La mayoría vive en zonas destruidas, sin agua ni electricidad, mientras soportan duros inviernos sin puertas ni ventanas. Imagen: Santiago Montag.
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Un voluntario ayuda a reparar Palmira. La ciudad ha sido devastada por la guerra, pero también por la incapacidad de Asad para reconstruirla. Ahora, los ciudadanos están levantando las ruinas ellos mismos. Imagen: Santiago Montag.

*Por Santiago Montag para La tinta / Imagen de portada: Santiago Montag.

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Palabras claves: Bashar Al Assad, Fotogalería, siria

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