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Luis Rubiales en la Audiencia Nacional: “Yo no soy un superior, el beso fue consentido; la agarré porque las manos se me quedaron allí arriba”

El expresidente de la Federación, en un audio publicado por ‘El Español’, insiste en que besó a Jenni Hermoso con su permiso y dice que si ella hubiera salido en el vídeo “se hubiera aclarado todo”

Luis Rubiales
Luis Rubiales, junto a su abogada Olga Tubau, a la salida de la Audiencia Nacional de Madrid, a mediados de septiembre.Samuel Sánchez
El País

En su declaración en la Audiencia Nacional, donde acudió como imputado por un delito de abuso sexual y coacciones tras el beso a Jennifer Hermoso en la final del mundial del 20 de julio, Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, insistió una y otra vez en que el beso fue consentido. Y aseguró que en ningún momento faltó el respeto a Hermoso porque le pidió permiso. Así lo refleja un audio de parte de la declaración que ha publicado El Español.

En dicha declaración y ante la pregunta del abogado de Jenni Hermoso de si conocía la existencia de un protocolo antiacoso en la selección española, Rubiales dice que él ya no es presidente de la Federación. “He explicado antes que hay un enlace con FIFA para estas cuestiones”. Insiste el abogado si, con independencia del protocolo de FIFA, existe un protocolo igual en la entidad en la que Rubiales era el máximo responsable. Y le pregunta también si recibió formación específica, leyó y firmó expresamente ese protocolo. “Se nos explicó a todos y también a mí”, contesta.

Y sigue: “Dígame, ¿en ese protocolo antiacoso está autorizado el poder dar un beso o pedir consentimiento para darle un beso a una jugadora?”, se le pregunta. “Pero mire, si lo he hecho con jugadores. Mire, vamos a ver, yo… de verdad… ganamos un mundial, y hay muestras de afecto. Esto no es que alguien ha llevado a una oficina a alguien a escondidas, a darle un beso por la fuerza. Es que fue algo tan natural, a la luz de millones de ojos, entre dos personas que han estado conviviendo mucho tiempo. Entonces, meter una pregunta orientada, para… ¿está autorizado?”, se arranca Rubiales.

Y continúa: “No hay nada autorizado ni desautorizado, son comportamientos, dentro de una celebración totalmente extraordinaria, preguntado por mi parte, con consentimiento, explicado también por la otra parte nada más terminar el partido e ir a la prensa, que lo explicó Jenni a la prensa antes de todo esto, antes de entrar al vestuario, haciendo directos en redes sociales en el vestuario. Pues, hombre, yo creo que la cuestión es evidente desde ese momento hasta que llegamos a España, donde sigue manteniendo lo mismo. Que no ha querido salir [en el vídeo de disculpas que él publicó, y para el que supuestamente coaccionó a la jugadora para que saliera acompañándolo], no ha querido salir, pues salí yo solo, me hubiera encantado que hubiera salido porque seguramente se hubiera aclarado todo”.

En realidad, cuando Jenni Hermoso llega al vestuario, la pregunta es: ¿Quién se ha besado?”. “A ver…”, dice ella. Y matiza: “Pero no me ha gustado, ¿eh?”. “¿Y qué has dicho?”, le preguntan. “Pues vale”, dice ella. “Pero, ¿qué haces, tía?”. “Pero, ¿qué hago yo?”, responde Jenni. Se ríe, nerviosa y dubitativa. Y el día 26, en un comunicado, dejó claro que había sido víctima de una agresión y se había sentido vulnerable.

Le insiste el abogado de Hermoso a Rubiales en la declaración: “Con independencia de la euforia que está comentando, la pregunta, si es tan amable, se la vuelvo a repetir…”. Le interrumpe el expresidente la RFEF: “Pero es que no hay cuestiones concretas de si se puede o no se puede”. ¿Usted por el protocolo antiacoso cree por el contexto que dice ese protocolo antiacoso que usted como superior y máximo responsable de la federación…? Vuelve a interrumpirle Rubiales: “Pero es que yo no soy superior, ustedes están diciendo que soy superior, es que mire usted…”.

Vuelve a preguntarle si el beso fue consentido. Rubiales insiste en que sí; que por supuesto, que ella “se fue muerta de risa” y dándole “dos cachetes en el costado y riéndose además”. Niega también que diera un brinco sobre ella.

—¿Usted le pidió el consentimiento?

—Por supuesto

—¿Y por qué le agarró la cabeza?

—Pero vamos a ver, si ya lo he dicho, se me quedaron las manos allí arriba, igual que se me hubieran quedado abajo; y la efusividad, ella también me está apretando a mí por la espalda.

—¿Usted considera que a una persona que tiene agarrada de la cabeza puede dar el consentimiento libremente?

—Hombre, pues sí, sí lo considero.

—¿Lo hizo con alguna otra jugadora? No.

—Mire, Jenni falló un penalti faltando 20 minutos, sufrimos mucho porque hubo 12 minutos de descuento, vino contenta, pero con cara… le dije: ‘no pienses más en ese penalti, de verdad, venga, sin ti no hubiéramos ganado el Mundial’. Y se dio así, porque cuando te toca la lotería o se acaba una guerra, imagínese si se acaba la guerra en Ucrania, esa efusividad y esa espontaneidad… le pregunté, pese a todo, y ella me dijo que vale.

Es solo parte de una declaración que se alargó poco menos de una hora, según el citado medio. Y en la que Rubiales, además de insistir en que el beso fue consentido, se escuda en el contexto para justificar su reacción, motivada por la euforia de ganar el Mundial.

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