Las protestas de agricultores en Francia y en otros puntos de Europa han prendido la mecha en España. El campo ya ha convocado movilizaciones para los próximos días y planea una "gran tractorada" en el mes de mayo como la que tuvo lugar en Madrid en el verano del año pasado. Entonces, los profesionales agrícolas reclamaban más ayudas al Gobierno para combatir la sequía y la crisis de costes. Ahora, las reivindicaciones del sector primario se extienden a la regulación europea y su impacto sobre nuestra soberanía alimentaria y sobre los precios.
Si Francia culpa a España, España señala a Marruecos. El propio gobierno galo ha acusado de competencia desleal a los agricultores españoles e italianos. Y si hasta ahora el sur del continente se estaba librando de las protestas, el caldo de cultivo que han propiciado los altercados más allá de nuestras fronteras está movilizando al campo español, que ya está convocando protestas. "No será muy diferente a lo que está ocurriendo en todos los países de la UE", ha advertido el presidente de Asaja, Pedro Barato, que tiene previsto fijar el calendario de movilizaciones con la directiva nacional este mismo jueves.
Por su parte, el movimiento ciudadano SOS Rural, que agrupa a centenares de organizaciones no sólo de ganaderos o agricultores, sino también de pescadores y otras actividades vinculadas al mundo rural y a la conocida como 'España vaciada', ya ha convocado movilizaciones en casi una veintena de ciudades a lo largo y ancho del mapa para el próximo 6 de febrero y está planeando organizar una "gran tractorada" en la capital en mayo. "Estamos viendo cómo nuestros vecinos han despertado y la situación, por supuesto, se va a replicar en España porque el hartazgo es soberano, los agricultores y los ganaderos no pueden más", avanza a EL MUNDO la portavoz del movimiento, Natalia Corbalán.
SOS Rural aspira a canalizar estas reivindicaciones para que lleguen al Parlamento Europeo y al Congreso de los Diputados, donde ayer mismo, coincidiendo con el 'lunes negro' en París, registraron una Iniciativa Legislativa Popular para promover una legislación que proteja al sector primario. Desde la asociación critican que las actuales políticas "están haciendo imposible la rentabilidad de las explotaciones agrarias y ganaderas, de tal forma que su cierre masivo provoca subidas de precios en los alimentos, que se están convirtiendo en productos de lujo".
"La alternativa de nuestros políticos es un suicidio incomprensible: fomentar desde las Gobiernos los cultivos masivos en países como Marruecos, Egipto o Turquía, desde donde debemos importar productos como el tomate. Es increíble que un país como España esté a punto de depender de Marruecos para poder alimentarnos. Es un disparate", añaden.
Desde SOS Rural alertan, directamente, de que que "la alimentación de los españoles dependerá de Marruecos en una década" y culpan a la UE y al propio Gobierno español de "estimular ampliaciones masivas de cultivos" en países que "compiten en desigualdad de condiciones con los productos europeos". Entre tanto, denuncian el "alarmante derrumbe de la superficie cultivada, la producción agrícola y las exportaciones" en nuestro territorio y señalan como consecuencia directa la escalada de los precios en el supermercado y el desplome del consumo de productos frescos entre las familias españolas.
En efecto, el precio de los alimentos acumuló en 2023 subidas del 11,7%, inabordables para muchas familias, que se sumaron al alza del 15,3% registrado en 2022. Y en este contexto, cada español ha eliminado de su cesta de la compra 2,45 kilos de productos frescos, según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura. "Es el principio del fin de la dieta mediterránea", lamenta Adolfo García Albadalejo, presidente de la Fundación Ingenio, que representa a decenas de cooperativas y empresas del campo, y gerente de una compañía agraria de producto ecológico.
La presidenta del el principal sindicato de agricultores de Europa, el Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas (COPA), Christiane Lambert, pronosticó recientemente que los agricultores italianos y españoles, que hasta ahora miran desde la barrera la protestas en los países vecinos del norte, empezarían a organizar pronto sus propias movilizaciones. Y así es. En España ya ha prendido la mecha. SOS Rural vaticina una "respuesta contundente y unitaria del campo español" para evitar su colapso y avanza su coordinación con las plataformas europeas que ya están movilizadas en Alemania, Francia, Italia o Rumanía.